Detrás de cada pensamiento se esconde algo mucho mayor, pues sin duda pensar surge de manera automática en la mente, pero cuando se trasciende esto está el océano de la conciencia, quieta e inamovible. Así pues es ésta la analogía de la vida, la vida se esconde detrás del cuerpo, la mente y se llega a ella cuando se descubre que es la consciencia misma la que permanece inmutable, y cuando se es consciente las cosas toman sentido e importancia.
Todo cambia, porque se retira el centro de atención al cuerpo, a la mente y los pensamientos que van y vienen en el océano de la consciencia. En el silencio se descubre la verdadera naturaleza esencial, lo que somos siempre está ahí, nunca cambia y es permanente y eterna.
No existe palabra alguna para definir ese estado. Pero lo cierto es que es lo que nos acompaña siempre en todo momento sin principio ni fin.
Muchas veces nos enamoramos de los pensamientos, aún no se porque, pero es como si dependieramos de algo que no nos pertenece, y de ahí surge una falsa identidad que se apropia de ellos y resalta su autonomía.
Nada de esto es verdad, porque cuando se descubre la realidad del ser todo acaba para el ego. Son muchas las distracciones que abundan en el mundo, por eso es que preferimos aquello que aundar la realidad del ser.
Pero bueno, todo esto es simplemente un malentendido, el amor siempre está presente, no importa lo que hagamos nunca hay separación y todo está conectado.
Lo Real siempre está presente en todo momento, aunque la mayoría no se de cuenta de ello.
Es gracias al amor del Ser que la vida sigue su marcha en todo momento. Así pues el final es seguro, pues es el regreso al amor de donde nunca nos ausentamos. Eso no quiere decir que no disfrutes de este mundo, de hecho cuando más despierto estés el mundo será más bonito y bello, porque ahora ha cambiado tu forma de ver este mundo, cuando antes lo atacabas ahora lo abrazas con amor.
La luz siempre está disponible en todo momento, es la luz lo que somos, aunque una pequeña niebla la ha opacado, pero siempre está ahí, presente lista para ser reconocida.
Los pensamientos son peces porque lo hay de innumerables tamaños, colores que impregnan el océano de la conciencia, cuando retiras la atención de los peces solo queda el océano, y se revela lo que eres, lo que nunca cambia que está siempre presente , ahora en la eternidad.
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